sábado, noviembre 14, 2009

Entren pa dentro





ENTREN PA DENTRO: LAS MUJERES DE ARCOS RECUPERAN LA VOZ Y LA MEMORIA DE SUS COPLAS

En la segunda planta del Centro de Interpretación de La molinera y el corregidor hay una hermosa galería de fotos dedicada las personas que amaron la tradición oral de Arcos y que, por ello, alentaron su vitalidad. Están allí Manuel de Falla, Pedro Antonio de Alarcón, Antonio el Bailarín, Picasso, Alejandro Casona… y, entre otros ilustres personajes, Remedios Perdigones, una mujer arcense que en estos días cumple 89 años y que obró el milagro de sobreponerse a la pobreza y las tristezas de los peores tiempos manteniendo en su pueblo la alegría del canto tradicional de la zambomba.

Remedios Perdigones representa la excepcional conciencia patrimonial que poseen las gentes de Arcos. En unos tiempos invadidos por la música enlatada, de evidente desprecio a la propia identidad y de inevitable seducción por la autoridad comercial, los arcenses manifiestan una defensa de su herencia poético-musical fuera de toda norma, y defienden día a día el patrimonio heredado de las generaciones anteriores, desafiando así las oleadas de civilización que, en cualquier otro lugar, arrasarían (han arrasado ya) con la cultura.

Tal conciencia del valor de la propia cultura popular nos reclama un registro urgente de la riqueza poética de Arcos: se hace necesario documentar con rigor y fidelidad todos esos cantos que durante siglos han vertebrado la vida de esta comunidad humana, encontrando un verso para cada momento del día y para cada acontecimiento del año. Todavía la memoria de los arcenses conserva muy viva la canción de columpio para divertirse en la infancia y mocearse en la juventud, las canciones de escarda para hacer más llevadero el trabajo en el campo, los añejos romances que acompañaron las horas en el lavadero o en el taller de costura, y por supuesto las coplas y narraciones devotas y menos devotas que aún hoy, cada diciembre, aglutinan a vecinos y amigos en torno a la zambomba, el almirez, la botella de anís, la pandereta y los buñuelos.

Alentados por este esfuerzo espontáneo de los arcenses por mantener viva su memoria tradicional, algunos profesores de la Universidad de Cádiz, en colaboración con la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Arcos, estamos realizando encuestas intensivas para documentar de modo fiable este patrimonio. La intención es plasmar en una publicación textual y sonora todo el repertorio poético-musical del pueblo, reuniendo las grabaciones realizadas aquí en los años sesenta y setenta (las que dejaron deslumbrados a los investigadores que se acercaron a este Sur) con las que hemos podido documentar en los últimos años.

Hasta el momento, hemos podido organizar la labor de recolección gracias a la generosa colaboración de las cuatro asociaciones de mujeres arcenses: Arco de Matrera, María Auxiliadora, Mavega y Beatriz Pacheco. Ellas han ensayado y preparado el repertorio durante el verano, para que pudiéramos comenzar las encuestas en septiembre, y ellas, desafiando el calor de agosto, han sacado al sol la zambomba y la pandereta dando aires de noche navideña al atardecer y a la siesta.

Comenzamos las encuestas el pasado septiembre, y en cada una de ellas hemos contado con el espacio privilegiado del Centro de Interpretación de La molinera y el corregidor, en la calle Piedra de Molino, el “Museo”, como se viene llamando popularmente en Arcos a este otro milagro en el que las imágenes, los decorados y los libros intentan explicar la vitalidad de la leyenda. El Museo tiene gruesos muros de piedra y cal, una cueva fresca y silenciosa en donde el canto suena mágico, como si jamás un ruido de la civilización lo hubiera perturbado, y un laberinto de pasillos y escondrijos por donde algunas de las mujeres ha podido recordar su primer amor.

Las mujeres de la Asociación Arco de Matrera abrieron su repertorio de coplas y romances con la canción lírica y burlesca de Los garbanzos verdes, y nos explicaron que el “Entren pa dentro” que la abre rememora la invitación pícara de las muchachas que, en los patios navideños, aprovechaban la fiesta para relacionarse con los muchachos a los que en otro momento no era lícito acercarse. Más romances y muchas canciones infantiles y plegarias tradicionales pudimos recoger de las mujeres de la Asociación María Auxiliadora que, entre otras joyas, cantaron una preciosa versión del romance de La doncella que va a la guerra, hoy en día muy extinto en la tradición oral de otras partes de la Península. Las integrantes de las Asociación Mavega, en general de menor edad que los otros grupos, nos sorprendieron por el esmero con que han oído, aprendido y conservado el repertorio de las zambombas de sus mayores, y nos hicieron confiar en que las hermosas melodías que en Arcos sostienen el romance de La hermana cautiva o el de El mozo arriero y los ladrones tienen futuro en generaciones venideras. Las mujeres de la Asociación Beatriz Pacheco, incansablemente entregadas a alentar la tradición de Arcos, nos cantaron con compás, entusiasmo y desparpajo las canciones navideñas más pícaras y jugosas, ésas que le dan al diciembre de Arcos un perfil festivo excepcional. Son muchos nombres para hacer relación aquí de todas y cada una de estas mujeres que, recogiendo el testigo de Remedios Perdigones, custodian el patrimonio poético de su pueblo, y de las que daremos cumplida cuenta en el libro y los discos que preparamos. Pero valga este artículo como agradecimiento anticipado haciendo constar sólo tres nombres, el de las zambomberas que en cada sesión han mantenido el ritmo y el brío del canto haciendo cantar con enorme maestría a la tinaja, el agua y el carrizo: Dolores García Aranda, Ana Palmero Castro y Ana González Lobero.

Las encuestas no han terminado. Quisiéramos grabar a todos los arcenses que recuerdan una copla, un romance o una oración y que en su memoria lo guardan como un tesoro. Así que, si al pasar por la calle Piedra de Molino, oyen cantar a sus vecinas, por favor, entren pa dentro.





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